LOS DE DESPUÉS SÍ ENTENDIMOS


"Cuenta la historia que, en un pueblo, se afanaban hombres y mujeres en trabajar para vivirse. Todos losdías salían hombres y mujeres a sus respectivos trabajos: ellos a la milpay al frijolar; ellas a la leña yal acarreo del agua. En veces había trabajos que los congregaban por igual. Por ejemplo, hombres ymujeres se juntaban para el corte del café, cuando era llegado su tiempo. Así pasaba. Pero había unhombre que no eso hacía. Sí trabajaba pues, pero no haciendo milpa ni frijolar, ni se acercaba a loscafetales cuando el grano enrojecía en las ramas. No, este hombre trabajaba sembrando árboles en lamontaña.Los árboles que este hombre plantaba no eran de rápido crecimiento, todos tardarían décadas enterasen crecer y hacerse de todas sus ramas y hojas. Los demás hombres mucho lo reían y criticaban a estehombre.-"Para qué trabajas en cosas que no vas a ver nunca terminadas. Mejor trabaja la milpa, que a losmeses ya te da los frutos, y no en sembrar árboles que serán grandes cuando tú ya hayas muerto".-"Sos tonto o loco, porque trabajas inútilmente".El hombre se defendía y decía:-"Sí, es cierto, yo no voy a ver estos árboles ya grandes, llenos de ramas, hojas y pájaros, ni verán misojos a los niños jugando bajo su sombra. Pero si todos trabajamos sólo para el presente y para apenasla mañana siguiente ¿Quién sembrará los árboles que nuestros descendientes habrán de necesitar para tener cobijo, consuelo y alegría?"Nadie lo entendía. Siguió el hombre loco o tonto sembrando árboles que no vería, y siguieron hombresy mujeres cuerdos sembrando y trabajando para su presente. Pasó el tiempo y todos ellos murieron, lessiguieron sus hijos en el trabajo, y a éstos les siguieron los hijos de sus hijos. Una mañana, un grupo deniños y niñas salió a pasear y encontraron un lugar lleno de grandes árboles, mil pájaros los poblaban ysus grandes copas daban alivio en el calor y protección en la lluvia. Sí, toda una ladera encontraronllena de árboles. Regresaron los niños y niñas a su pueblo y contaron de este lugar maravilloso. Se juntaron los hombres y mujeres y muy asombrados se quedaron del lugar.-"¿Quién sembró esto?", se preguntaban.Nadie sabía. Fueron a hablar con sus mayores y tampoco sabían. Sólo un viejo, el más viejo de lacomunidad, les supo dar razón y les contó la historia del hombre loco y tonto.Los hombres y mujeres se reunieron en asamblea y discutieron. Vieron y entendieron al hombre quesus antepasados trataron y mucho admiraron a ese hombre y lo quisieron
Sabedores de que la memoria puede viajar muy lejos y llegar donde nadie piensa o imagina, fueron loshombres y mujeres de ese hoy al lugar de los árboles grandes.Rodearon uno que en el centro se estaba y, con letras de colores, le hicieron un letrero. Hicieron fiestadespués, y ya estaba avanzada la madrugada cuando los últimos bailadores se fueron a dormir. Quedóel bosque grande solo y en silencio. Llovió y dejó de llover. Salió la Luna y la Vía Láctea acomodó denuevo su retorcido cuerpo. De pronto, un rayo de luna acabó por colarse por entre las grandes ramas yhojas del árbol del centro y, con su luz bajita, pudo leer el letrero de colores ahí dejado. Así decía:"A los primeros:Los de después sí entendimos.Salud. ”

Subcomandante Marcos 

Comentarios

Entradas populares